En defensa de la novela negra

En defensa de la novela negra

Es la circunstancia insalvable de un género de gran aceptación entre el público, pero siempre ninguneado en entornos académicos, donde se le niega una y otra vez la condición de “gran literatura”, aunque en ciertos casos lo sea. Es como si por unánime acuerdo tácito se descartase conceder grandes méritos a una obra literaria en la que el personaje principal sea un detective.

3 microrrelatos de Augusto Monterroso

3 microrrelatos de Augusto Monterroso

El escritor hondureño nacionalizado guatemalteco Augusto Monterroso (1921-2003) es uno de los máximos exponentes de la narrativa breve del pasado siglo. De él ya hemos leído en SEÑOR BREVE el relato Mr Taylor, pero ha llegado la hora de mostrar algunos de sus microrrelatos, en los que era un maestro.

Las minificciones seleccionadas son “El grillo maestro”, “La fe mueve montañas” y “El dinosaurio”, que pasa por ser el microrrelato más breve del mundo (aunque ciertamente no lo es).

Los escritores malditos rusos

Evgueni Evtushenko

El escritor y político español Juan Van Halen publicó en 1967  un artículo sobre los escritores malditos rusos que da mucho que pensar. El artículo, “Evtushenko, y los escritores malditos”, incluido en su libro Geografía para vagabundos, nos informa sobre cómo el Estado ruso maniataba las voces de los escritores díscolos, y pone el acento en Evgueni Evtushenko, que, en opinión de Juan Van Halen, no era un escritor maldito sino oficialista.

El reincidente (relato corto de Rafael Sánchez Ferlosio)

cuento de Sánchez Ferlosio

El lobo, viejo, desdentado, cano, despeluchado, desmedrado, enfermo, cansado un día de vivir y de hambrear, sintió llegada para él la hora de reclinar finalmente la cabeza en el regazo del Creador. Noche y día caminó por cada vez más extraviados andurriales, cada vez más arriscadas serranías, más empinadas y vertiginosas cuestas, hasta donde el pavoroso rugir del huracán en las talladas cresterías de hielo se trocaba de pronto, como voz sofocada entre algodones, al entrar en la espesa cúpula de niebla, en el blanco silencio de la Cumbre Eterna.