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Ciudad Deportiva, fútbol

Este artículo lo publiqué hace un par de días, el 28 de diciembre, en mi columna de El Periódico de Extremadura, y no es una inocentada: el C.P. Cacereño se enfrenta al Real Madrid en un partido de Copa del Rey.

El niño de la fotografía soy yo, junto a mi padre, entrenador del Atlético Cacereño, en el campo de fútbol de la Ciudad Deportiva. Mi padre siempre quiso que yo fuera jugador de fútbol. Yo también, durante un tiempo. Y ya veis para lo que he quedado…

(Dedicado a Pelé, que ha muerto hoy).

2 microrrelatos sobre la Navidad

2 microrrelatos sobre la Navidad

Qué mejor día que hoy, 24 de diciembre, para compartir dos grandes microrrelatos sobre la Navidad, uno de Eduardo Galeano, otro de Ramón Gómez de la Serna, el primero ambientado en un hospital de Managua y el segundo en una inclusa (también llamadas «casas de expósitos»), ya sabéis, donde se dejaban a los niños abandonados por sus padres.

Dos microrrelatos que nos dejan puntos de vistas a los habituales sobre la Navidad.

Las erratas y faltas de ortografía en textos ajenos

erratas y faltas de ortografía en textos ajenos

El mayor sacrilegio literario es publicar el texto de un autor excelso –a veces un Premio Nobel– repleto de faltas de ortografía. (Podréis ver numerosos ejemplos en la Red).

Obviamente, ese escritor insigne no dio ese texto en esas condiciones paupérrimas a la imprenta, pero con el paso de los años algún infausto bloguero, aprovechando la cobertura que da el siglo XXI, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, publica el texto, digo, vulnerando las reglas gramaticales.

Entrevista a Pedro Menchén (‘Perdido en el Atlántico’)

perdido en el atlántico, Pedro Menchén

«Todo surgió por casualidad. En 2002 recibí un email de un hombre llamado David White, desde Washington D.C., en el que me decía que había leído dos libros míos, que le habían gustado mucho y que quería traducirlos al inglés; eso dio lugar a que surgiera una buena amistad entre los dos. David me hablaba a menudo de su madre, que vivía sola en una gran casa de Louisville, Kentucky. Sin embargo, nunca me hablaba de su padre y un día le pregunté qué había sido de él, si había muerto o si se había divorciado de su madre. David me contó que en realidad había desaparecido en medio del Atlántico con una avioneta y que lo habían declarado muerto, aunque ciertas circunstancias extrañas hacían pensar que pudo realizar un simulacro de su muerte para establecerse en otro país con una identidad diferente»,