90 años
Me acuerdo de aquellos pasillos en el hospital, azuzado yo por el miedo y el aburrimiento, y me acuerdo de esos señores mayores (de visita u hospitalizados) que ya no cumplían ochenta años. Si antes llegar a viejo me parecía cabezonería, ahora llegué a la conclusión de que era una heroicidad. Y sigo pensando que sortear la muerte durante ochenta, noventa, cien años es heroico, digno de Marvel.