Primera novela (relato corto)
Tras escribir FIN no lo dudé dos veces: imprimí la novela, la introduje en un sobre y me marché a la oficina de correos para enviarla a Xorpescu, una editorial del norte que presta dedicación especial a los escritores noveles. “¿Urgente?”. “No, correo ordinario”, respondí. Al fin y al cabo, no había que esperar demasiada fortuna de aquel envío. Volví rápidamente a casa para reanudar actividades metafísicas que últimamente tenía abandonadas (fregar los platos, planchar la ropa, cambiar las sábanas…); justo en el momento de abrir la puerta, sonó el teléfono.